miércoles, 4 de febrero de 2015

Übrim: Nueve Lotos (16)

Relato por Mr. D, (Facebook,Patreon)

Ocho lotos emergieron de las sombras, siete flores y un jardín. Caitena la traidora las dirigía y Ekia la engañada las conocía. Viejas compañeras, ninguna amiga. Venía Carole, la trigueña de torneadas piernas y pequeño busto; junto a ella Eraika de baja estatura y buena espalda, adornada por un corto cabello negro y trenzado; la acompañaba Bowicha, de negros y enmarañados cabellos, dientes prominentes y delgada contextura; junto a Arpex, alta y orgullosa, fuerte y de negra, larga y lisa melena; y Pasti, la curiosa, delgada y firme, con la cabeza calva; quien era seguida por Paline, la más bella de los lotos, de largo y bellamente trenzado cabello negro, rostro hermoso y pálido; más atrás, Poulia, delgada y blanca, de tez enfermiza y rizado cabello rubio. Siete flores y un jardín, Caitena de rojos cabellos, quien viene por Ekia, la novena loto en aquel claro.
- Carole, Eraika, Poulia contra Zirad… Arpex, tú y yo contra Ekia… las demás son libres.

Las ocho lotos se abalanzaron hacia sus objetivos. Con un rápido ademán Zirad le entregó la espada de Krashik a Niker, sabiendo que ella prefería ocultar su condición divina, Trillion y Kileem se acomodaron detrás de ella mientras Bowicha y Paline se le acercaban en carrera, cruzaron algunos cortes mientras que la übrim de la carne bailó entre ellas. Ka’Tal preparó su cerbatana al ver que Pasti la envestía, lanzó tres dardos hacia ella pero la loto giró rápidamente y con su negra capa desvió los proyectiles, se le acercó así sin que lo notara y le golpeó el rostro con un puñetazo de tal fuerza que soltó su cerbatana y casi perdió el conocimiento, la loto sin cabello desenfundó sus cuchillas y trató de apuñalarla, pero la übrimrimoa de la nobleza logró incorporarse a tiempo.

Como les fue ordenado Carole, Eraika y Poulia atacaron a Zirad, mientras corrían hacia el metálo este pateó el fuego que ardía en el campamento, las dos protegidas de Caitena giraron dando un salto hacia atrás, pero Poulia no se detuvo y apenas se cubrió el rostro; el agente de Alkha’Du le pateó la rodilla y se la rompió, la loto cayó dando un alarido. Antes de que sus compañeras pudieran hacer algo para ayudarla, Zirad tomó sus dos espadas cortas y la noqueó con un ligero golpe de su codo. Las protegidas se detuvieron y se prepararon, con una nerviosa sonrisa.

Caitena se detuvo un pequeño instante y dejó que Arpex siguiera en carrera contra Ekia, convencida que su asistente le haría suficiente daño a la loto que odiaba. La espigada loto lanzó su cadena con dos esferas hacia su rival, pero esta dio un salto hacia el frente mientras se soltaba la capa y dejaba que aquella arma se enredara en esta, luego con un enérgico movimiento haló el manto y tomó el objeto, girando lo desenredó y arrojó de regreso, Arpex, quien la embestía desenfundando sus espadas, no logró reaccionar frente a lo que sucedía sino hasta que se vio enredada y derribada. La Jardín de loto gruñó suavemente, soltó también su manto y desenfundó; sabía que sería un duelo de iguales.

Ka’Tal apenas conseguía esquivar los embates de la loto que la atacaba, uno, dos, tres cortes fueron cada vez más cercanos; finalmente Pasti dio un salto y le propinó una patada en el costado, antes de que siquiera terminara de caer por segunda vez la mujer gritó:
- ¡Espera! ¡Estoy desarmada!
- Muere –ordenó la loto, acercando una de sus espadas cortas al cuello de su rival- como un perro traidor.
- ¡Te digo que estoy vencida y desarmada! –Gritó Ka’Tal alejando como podía el cuello de la hoja que lo amenazaba- ¡No es noble matar a alguien desarmado!
La loto se detuvo en seco mientras una expresión de confusión se trepaba sobre su rostro, Ka’Tal la observó expectante, luego dejó escapar una pequeña sonrisa, Pasti frunció el ceño y la golpeó con fuerza en la barbilla, dejándola inconsciente.
- Muy noble de su parte –comentó Trillion acercándosele, Pasti se incorporó y miró de reojo a Niker, vio que seguía danzando entre Paline y Bowicha- es impresionante la influencia de un übrimrimoa.
- ¿La influencia de un qué?
- Nada mejor que enseñar con el ejemplo –aseguró el artista, dando paso a Kileem- dígame, ¿Cómo definir la pasión? ¿La pasión absoluta?
- ¿Qué? –preguntó la loto, mientras levantaba sus espadas y se vio perdida en los ojos de la mujer que tenía en frente- No se acerque.
- Aquella pasión que embota los sentidos y arrebata la respiración, la que arrastra el alma y la razón dentro de un carnoso abismo de curvas y sensaciones –describió mientras Kileem se acercó a Pasti y con un suave ademán la tomó de las manos- ¿Qué tan dulce es el sabor salado de lo ilícito? ¿De lo inapropiado? ¿Qué tan profundo es el deseo desaforado que clama por ser apaciguado? –la mujer bajó los brazos de la loto y con un ligero apretón la convenció de soltar sus armas- Es imposible entender la poesía trémula sino se la vive a plenitud, si no se la goza a niveles más húmedos que los naturales, más libres que los animales – Kileem besó entonces a Pasti, esta la miró desconcertada- deja que la bestialidad jadeante se apodere de ti entonces, sé uno con otro ser y gózalo, como él a ti, piérdete y encuentra aquello que no conocías de tu ser, pero que entenderás como parte de tu verdadero yo.
Las dos mujeres se desplomaron entonces, besándose con extrema pasión.

En otro lugar del claro, Caitena atacaba a Ekia con premura, sus cortes eran rápidos y gráciles pero la flor de loto se defendía con perfección, manteniéndose en un mismo punto mientras su enemiga giraba como un huracán, buscando cortar su vida. En uno de estos ataques la traicionada logró trabar las espadas de su rival y abanicando abrió sus brazos, así le atestó un golpe con la cabeza y logró rozar su peto con un corte doble, mientras la jardín saltaba hacia atrás, con sangre bajándole ahora por la nariz. Caitena se tocó el rostro y luego vio la sangre en sus manos, volvió a proyectarse contra Ekia pero antes de que trabaran espadas se agachó rápidamente y lanzó un corte hacia sus piernas, no logró herirla, la flor de loto saltó hacia atrás y le arrojó uno de sus hierros, Caitena consiguió esquivarlo cortándose ligeramente un hombro. Ekia siguió la hoja con impotencia mientras veía como la pateaba Arpex, quien se había liberado.

Zirad luchaba con dificultad con las dos lotos que lo atacaban, sus movimientos eran rápidos y expertos, logrando cortarlo superficialmente en varias ocasiones. Con ambas espadas intentó cortar a Eraika, quien se defendió también con ambas hojas, al hacer esto consiguió arrojarle unos metros hacia atrás, levantó entonces el hierro de su brazo derecho por encima de su cabeza, dejando una abertura hacia su hombro, Carole la aprovechó y lo apuñaló allí, el metálo soltó ambas espadas, con la mano izquierda sostuvo el brazo de la loto y la jaló hacia sí, con la derecha le propinó un duro golpe en el rostro, que le arrancó los dientes y la noqueó. Apenas y logró zafarse cuando Eraika lo atacó, logrando cortarle la mitad de la mano derecha. Zirad se detuvo por un momento y miró a Ekia, la vio defenderse con dificultad de las dos lotos que la embestían, luego miró a Niker quien desviaba con gracia los ataques de Paline, notó entonces que Bowicha miraba hacia otro lugar, el sitio donde Trillion y Kileem se encargaban de Pasti.

Bowicha no podía salir del desconcierto que le provocaba ver a Pasti, se había roto el área de la entrepierna del pantalón y removido su peto y almilla, ahora se movía rítmicamente debajo de Kileem, quien, desnuda y sentada sobre su cadera, la invitaba a tocarle el busto. La loto de grandes dientes miró entonces a su compañera y notó como Niker se divertía con el combate, se sintió insultada y ultrajada, arrojó entonces una de sus espadas hacia la apasionada mujer, clavándosela en el cuello.

La übrim de la carne gritó pero ya era tarde, la hoja se había clavado firmemente en Kileem, la que desesperada intentaba parar el flujo de sangre que manaba a borbotones de su cuello, se levantó errática mientras Trillion ansiaba ayudarle impotente, luego calló de rodillas y convulsionó, la vida la abandonó en cuestión de segundos. Bowicha se dirigió a quien había estado enfrentando:
- Esto no es un juego.
Niker soltó la espada de Krashik y se paró enfrente de la loto asesina, con una clara expresión de ira; ella no desperdició la oportunidad y le propinó un corte en el cuello, pero no vio herida ni sangre; luego trato de abrirle el vientre, pero solo logró cortar sus ropas; entonces en un acto de desespero buscó apuñalarle el corazón, pero ni en su busto la hoja logró hundirse. La diosa la tomó del cuello y apretó, aplastándole el cráneo.

Paline echó a correr, recordando las historias de una mujer gigante en Talas, luego vio como una colosal sombra apareció de la nada detrás de ella, lo último que sintió fue el dolor punzante de su tórax aplastándose contra el suelo, bajo los pies de Niker. Las demás lotos también buscaron escapar, Eraika levantó a Carole y huyó, Caitena saltó hacia el bosque con Arpex, Poulia trató de arrastrarse por el suelo para luego ser levantada en los brazos de la übrim que habían enfurecido y sentir como esta le torcía el cuello como a un juguete. Niker la dejó caer muerta e hizo el ademán de seguir a las fugitivas, luego se fijó de nuevo en el cadáver de su seguidora, con un instantáneo fulgor retomó un tamaño normal y se arrodilló junto a este, llorando desconsolada, acompañada por Trillion y Pasti.

Recuerda: El presente trabajo no se encuentra publicado en medio impreso alguno; puedes apoyar a su autor compartiendo esta dirección. De ti depende que estas historias continúen. Gracias. Aquí puedes encontrar más de Mr. D

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